El 12 de febrero, con la celebración del día de la juventud, los ánimos de los jóvenes estudiantes fueron animados para salir a protestar en todas las ciudades de Venezuela. Los motivos para salir a protestar y estar molesto en el país abundan: inflación, escasez, inseguridad y una bola de gente llenándose los bolsillos a costa de destruir la nación.
Pero las cosas se salieron de control y el resultado fueron hasta este momento de tres muertos y muchos lesionados. La oposición acusa al gobierno y este a la oposición, mientras los estudiantes y la población se encuentra indignada ante los acontecimientos ocurridos ayer.
Pasaron cosas insólitas, primeramente la movilización en contra de un gobierno y las fuerzas políticas opositoras parecieron como pasivas. Capriles días antes estaba inspeccionando supermercados mientras ocurrían protestas de estudiantes en el Táchira. El único que se vió con un rol activo fue Leopoldo López, ¿se está encaminando a ser el próximo bastión de la oposición? el tiempo lo dirá y quizás aporte aires nuevos a las tendencias en contra del actual régimen.
Pero el papel más lamentable y trágico fue el de las cadenas de televisión nacionales. Lo que hicieron y siguen haciendo es lamentable: no transmiten absolutamente NADA de lo que pasa en las calles. Con un obvio temor de quedar como RCTV pasaron su programación habitual como toda la vida, cuando agencias como CNN en español reseñaban las protestas de Venezuela en cada uno de sus programas, inclusive en economía y dinero.
Quitaron de igual forma en la suscripción paga a NTN24 por incitar a la violencia. Y es que pareciera que transmitir en vivo protestas contra del régimen actual es provocar a la violencia, pero el caso es que la quitaron de la televisión por suscripción, por lo cual la principal fuente de información para el venezolano lo eran las redes sociales, donde hay una profunda mezcla de la ficción y realidad con fotos de cosas que no se sabe si ocurrieron ayer o no.
Y otra parte loca fue la mañana del día siguiente, donde las noticias se anunciaban muy tranquilamente en Globovisión y en programas de entretenimiento como el de Luis Chataing se sentía lo lamentable de la situación de los acontecimientos vividos ayer. Los que deberían ser serios estaban de risa y los que dan risa ocupan el rol de seriedad en los medios de comunicación.
Y para terminar el análisis vivimos un momento muy duro en Venezuela, donde la televisión le da la espalda a la protesta, la protesta le da la espalda a la oposición y donde cada venezolano le da la espalda a su hermano por creer en los cuentos de cada bando político.