Eso me preguntó alguien hoy. Y mi respuesta franca fue que ¿Qué importa de qué arrepentirse si igual me iba a morir?
Igual profundizamos y seguí firme en que no me arrepiento de nada. Ni de lo que no hice, ni de lo que no intenté, ni de lo que no dije ni nada. ¿Qué más da? Eso tuvo consecuencias, eso fue lo que pasó y en vez de vivir arrepentido por como no hice tal cosa, prefiero tomarlo como una lección valiosa para evaluar errores que podría cometer en el futuro.
Leí una vez que hay empresas en las que contratan gente que ha vivido fracasos en empresas anteriores, puesto que así pueden aprender de sus errores. Y si te pones a ver, no hay nada que enseña mejor en la vida que equivocarse, no intentarlo y aprender que se debe tener una actitud más arriesgada a futuro.
Ya lo hecho está hecho, no te arrepientas de nada, mira para adelante y procura no volver a fallar.
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