En el 2013 fuimos relativamente felices. La gente viajó al exterior raspando su cupo cadivi. Muchos sacaron créditos bancarios, otros aprovecharon los "precios justos" y compraron "barato" equipos de línea blanca. Incluso Capriles gozaba de credibilidad.
Pero estando casi a mediados de 2014 la realidad es terrible. El país se encuentra en una situación desesperada. La escasez del 2013 es un niño de pecho comparado con la actual ausencia en todos los sectores. Cauchos, aceite, vitaminas, papel.
Por si fuera poca la ausencia de productos básicos está la inflación. De la cual el gobierno hizo un aumento al salario mínimo que no deja satisfechos a los que lo ganaban y que deja a muchos con una depresión grande al ver que separa su salario del mínimo se reduce. Ah y para colmo de males aumentan el monto del pasaje en buses.
Una situación en la que si trabajas no puedes cubrir tus necesidades, porque o no te alcanza el dinero o no se consigue lo que necesitas. Cada venezolano carga una depresión encima al respecto. Así sea un venezolano chavista que apoyaba "el proceso" no escapa de esta realidad. Incluso los venezolanos que habitan en el exterior deben ocupar unos minutos de su vida en pensar en lo mal que anda su patria y caer en depresión y frustración.
Y es que aunque son muchos los problemas pocas son las voces públicas que están apoyando. Primeramente está la censura y auto censura de distintos medios de comunicación para seguir en el negocio y también están los dirigentes de oposición que en un neo-puntofijismo llaman al "diálogo" a un gobierno que les ha insultado y supuestamente robado las elecciones.
En Venezuela no hay esperanza por ahora...
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